El verano ha llegado para quedarse y con él llegan las ansiadas vacaciones y la desconexión total de la rutina. Todo ello es muy positivo, pero no hay que olvidar que todo tiene caducidad y que septiembre tarde o temprano llegará.
Con la llegada de este mes, las universidades abren de nuevo para albergar a nuevos y antiguos alumnos que afrontarán el nuevo curso. Muchos de estos estudiantes se ven obligados a cambiar de ciudad para poder realizar los estudios que desean por múltiples razones: motivos geográficos, académicos o simplemente personales.
Estos alumnos deben hacer frente a un problema añadido a su llegada a la universidad: buscar un piso donde alojarse y poder desempeñar sus estudios. Quienes tienen la posibilidad de alquilar estas viviendas se hacen múltiples preguntas a la hora de hacerlo. Una de ellas y la más común es: ¿Pueden cambiar la cerradura? En este artículo desgranaremos la respuesta.
Los arrendatarios pueden sustituir la cerradura sin necesidad de que nadie lo autorice. Es consustancial al uso de la vivienda querer proteger la intimidad y seguridad de la misma. Por esta razón, sustituir una cerradura no supone alterar el uso pactado.
El domicilio de cualquier persona es inviolable y como norma general, únicamente se puede acceder a él con el consentimiento del afectado y con el fin de comprobar cuál es el estado del inmueble, para poder verificar si es necesario realizar algún tipo de reparación.
Dicho acceso a la vivienda no podrá realizarse en el momento en que el arrendador desee, sino que deberá consensuarse debidamente con el arrendatario. Además, no es legalmente exigible la restitución de la cerradura sustituida ni la entrega de una copia de las llaves de la cerradura nueva mientras se esté produciendo el arrendamiento.
En el caso que el inquilino desee cambiar la cerradura por su seguridad, el cambio no debería perjudicar al propietario, debiendo dejar al final del alquiler una cerradura que tenga el mismo nivel de seguridad a la inicial y entregarle al arrendatario todas las llaves o bien, volver a instalar en la puerta la cerradura inicial que había.
Conviene tener en cuenta siempre esta serie de consejos para conocer cuáles son nuestros derechos y hasta dónde podemos llegar en el momento en el que se produce el arrendamiento y mientras dure el mismo para evitar posibles malentendidos.