¿Te imaginas tener una llave que abriera cualquier BMW de Europa? ¡Es el sueño de cualquier ladrón! Y esta banda criminal tuvo la ‘suerte’ de tenerla en sus manos. Los ladrones de coches de lujo fueron desarticulados este mes por la Guardia Civil de Mallorca. Ellos eran los poseedores de, tal vez, uno de los artilugios más preciados en el mercado negro. La llave procedía de alguna sede de la empresa automovilística BMW, y con ella podían sustraer cualquier coche de esta firma sin tener que forzarlo.
Dicha organización tenía contactos a nivel internacional y también vendían motos acuáticas robadas en Mallorca a los narcotraficantes marroquíes que las usaban para introducir hachís en España por el Estrecho de Gibraltar.
Tras las detenciones, la Guardia Civil ofreció el balance oficial de la conocida como Operación Prunarium-Novurania, que fue dirigida por la Policía Judicial de Algaida, y que ha saldado con nueve personas detenidas en Mallorca y dos en Málaga. Los agentes han recuperado 14 coches, 11 motos de agua, tres motos y una autocaravana. El botín era bastante suculento, ya que aprovechando que estaban en una lujosa isla, robaban los vehículos de mayor gama. Entre los coches intervenidos había dos Lamborghini que habían sido trasladados hasta Alemania e Inglaterra.
La investigación comenzó el pasado mes de mayo, tras detectarse el robo de diversos vehículos de alta gama. Todo apuntaba a una banda, cuyos miembros ya tenían antecedentes. Ésta era liderada por un vecino de Palma que ya había estado detenido anteriormente por delitos similares. Algunos de los vehículos que sustraían provenían de depósitos municipales, donde presentaban documentos judiciales falsificados para poder retirarlos sin sospechas.
La banda también actuaba bajo encargo. Así, localizaban el vehículo que pretendían robar y vigilaban al propietario para conocer sus rutinas diarias y las medidas de seguridad de la zona para escoger el momento oportuno para actuar.
Los criminales contaban con una gran infraestructura para dar salida a los vehículos robados. Poseían contactos de mecánicos para desguazarlos o alterar los números de bastidor, hasta transportistas que los sacaban del país en contenedores a través de varios puertos. Una parte de la organización era la encargada de falsificar los documentos, como el permiso de circulación, ficha técnica y placa de matrícula. Además, contaban con el contacto y apoyo de una importante gestoría de Palma.
Los vehículos que robaban viajaban a destinos muy diversos. De hecho, algunos terminaban en manos de compradores ingleses y alemanes, que los adquirían sin saber que eran robados. Y es que, los dos Lamborghini recuperados procedían de sendos países.